"El pasado es inalterable, el futuro es impreciso
y el condicional compuesto supone una condición: 
qué hubiera pasado sí? pero ese sí, hipotético no existe. 
No existe lo que debiera ser, solo existe lo que es. 
aprendí la diferencia entre nostalgia y melancolía...
Nostalgia es de lo que fue, melancolía es de lo que no fue. 
sòlo se puede transformar el presente...sòlo con amor" 

sonrìe!!!!!!!!!!!!!!!

















....sueño.... 
sin sufrir, sin importar si esos sueños se harán realidad o no, 
porque se que la vida no es como la deseamos, es como es, 
y  noo es vida sin sentir, sin soñar, sin vibrar, sin volar desde el almaaaa!!! 
porque en el transcurso de un dìa, hay muchos momentos
 que nos hacen felices e infelices, 
y los sueños divinos que soñamos despiertos 
nos ayudan a hacer que cada dìa valga la pena,
y los sueños divinos que soñamos dormidos nos hacen vivir y sentir ....
que hay otro mundo maravilloso en nuestro interior 
que hay recuerdos y sueños que nos transportan a ese paraìso 
que a veces tenemos la suerte de vivir,
que no es un lugar afuera, es un oasis dentro nuestro, 
tal y como nosotros queremos,
muy en lo profundo de nuestros corazones...
desde donde siempre nos hacen sonreìr....






"If we do not live fully in the present, 
in the blink of an eye, life we have escaped. 
We lost her feelings, her scent, her delicacy and beauty, 
and feel that has elapsed at full speed. 
The past is past. Learn from it and leave it behind.
The future has not even arrived. Let's some plan for the future,
but do not waste time worrying about it. Worry is useless. 
When we stop to think about what has already happened, 
when we stop worrying about what has not happened yet,
we are in the present. Only then will begin to experience the joy of living" 

Si no vivimos plenamente el presente, en un abrir y cerrar de ojos la vida se nos habrá escapado. 
Habremos perdido sus sensaciones, su aroma, su exquisitez y su belleza, 
y sentiremos que ha transcurrido a toda velocidad. 
El pasado ya ha pasado. Aprendamos de él y dejémoslo atrás. 
El futuro ni tan siquiera ha llegado. Hagamos planes para el futuro, 
pero no perdamos el tiempo preocúpandonos por él. 
Preocuparse no sirve para nada. 
Cuando dejemos de pensar en lo que ya ha ocurrido, 
cuando dejemos de preocuparnos por lo que todavía no ha pasado, 
estaremos en el presente. 
Sólo entonces empezaremos a experimentar la alegría de vivir.


Brian Weiss










.
.Lazos de amor

Hay alguien especial para cada uno de nosotros.
A menudo, nos están destinados dos, tres y hasta cuatro seres.
Pertenecen a distintas generaciones y viajan
a través de los mares, del tiempo y de las inmensidades celestiales
para encontrarse de nuevo con nosotros.
Proceden del otro lado, del cielo.
Su aspecto es diferente, pero nuestro corazón los reconoce,
porque los ha amado en los desiertos de Egipto
iluminados por la luna y en las antiguas llanuras de Mongolia.
Con ellos hemos cabalgado en remotos ejércitos de guerreros
y convivido en las cuevas cubiertas de arena de la Antigüedad.
Estamos unidos a ellos por los vínculos de la eternidad
y nunca nos abandonarán.
Sentimos el vínculo que nos une.
También intuimos las posibilidades, el futuro.
En cambio, él o ella no lo ve.
Sus temores, su intelecto y sus problemas forman un velo
que cubre los ojos de su corazón,
y no nos permite que se lo retiremos.
Sufrimos y nos lamentamos mientras
el individuo en cuestión sigue su camino.
Tal es la fragilidad del destino.
La pasión que surge del mutuo reconocimiento
supera la intensidad de cualquier erupción volcánica,
y se libera una tremenda energía.

Podemos reconocer a nuestra alma gemela de un modo inmediato.
Nos invade de repente un sentimiento de familiaridad,
sentimos que ya conocemos profundamente a esta persona,
a un nivel que rebasa los límites de la conciencia,
con una profundidad que normalmente está reservada
para los miembros más íntimos de la familia.
O incluso más profundamente.
De una forma intuitiva, sabemos qué decir
y cuál será su reacción. Sentimos una seguridad
y una confianza enormes,
que no se adquieren en días, semanas o meses.
Pero el reconocimiento se da casi siempre
de un modo lento y sutil. La conciencia se ilumina
a medida que el velo se va descorriendo.
No todo el mundo está preparado para percatarse al instante.
Hay que esperar el momento adecuado,
y la persona que se da cuenta primero
tiene que ser paciente.
Gracias a una mirada, un sueño, un recuerdo o un sentimiento
podemos llegar a reconocer a un alma gemela.
Sus manos nos rozan o sus labios nos besan,
su corazón nos abraza
 y nuestra alma recobra vida súbitamente.

El contacto que nos despierta tal vez sea el de un hijo,
hermano, pariente o amigo íntimo.
O puede tratarse de nuestro ser amado que,
a través de los siglos; llega a nosotros de nuevo
para recordarnos que permaneceremos siempre juntos,
en la forma que sea, hasta la eternidad.
Brian Weiss-